Natalia:
Si estamos intentado reflexionar sobre nuestro acercamiento con Shima, deberíamos revisar si es plausible ahora aplicar el término ‘subcultura’…
Chispilla:
¡Cierto Natalia! La observación que haces es muy importante pues debemos considerar varios factores que contribuyen a que se considere subculturalLolita in Wonderland y las prácticas de Shima.
Natalia:
Chris Jenks propone que si escogemos un grupo para analizar debemos evidenciar el propósito epistemológico. ¿Qué resulta atractivo de una subcultura? ¿La idea de subversión frente a un sistema hegemónico? ¿La creatividad que se supone implícita en el estilo? ¿La creación de los propios referentes simbólicos? ¿Qué nos atrae de este fenómeno?
Chispilla:
El concepto subcultura, las juveniles, para Stuart Hall implica un espacio simbólico y conciente que resiste a la hegemonía burguesa y crean trucos para esquivar lo establecido. Para Hebdige la subcultura busca separarse de las formas naturalizadas, por lo que el estilo estaría cargado de significación que van ‘en contra’ y que interrumpen el proceso de normalización.
Natalia:
Un discurso que ofenda a la ‘mayoría silenciosa’, para problematizar el principio de unidad y cohesión, que contradiga el mito del consenso. Es el ‘ruido’ o la ‘interferencia’ en una secuencia ordenada, como un desorden semántico…
Chispilla:
Sí, una especie de bloqueo temporal en el sistema de representación. Pero recordemos que cuando las subculturas espectaculares se extienden por los medios de comunicación, exhibidos como formas relacionadas al vandalismo, éstas ven su ocaso.
Natalia:
Regresando a Chris Jenks, si nosotras como investigadoras aplicamos el término de ‘subcultura’, ¿estaríamos cercenando las prácticas cotidianas, separándolas en diferentes estructuras? Si llamásemos la práctica de Shima de boy sweet lolita como subcultural ¿Es la subcultura un hecho completamente diferido de las formas culturales, o del mainstream?
Regresando a Chris Jenks, si nosotras como investigadoras aplicamos el término de ‘subcultura’, ¿estaríamos cercenando las prácticas cotidianas, separándolas en diferentes estructuras? Si llamásemos la práctica de Shima de boy sweet lolita como subcultural ¿Es la subcultura un hecho completamente diferido de las formas culturales, o del mainstream?
Chispilla:
¿en qué medida Namy será consciente de ir en contra a un sistema establecido? ¿Qué sucede cuando compra online vestidos que cuestan muchos euros? El expresó un gran orgullo al reconocer que solo compra marcas originales, y conservar las etiquetas en japonés de los productos que consume.
¿en qué medida Namy será consciente de ir en contra a un sistema establecido? ¿Qué sucede cuando compra online vestidos que cuestan muchos euros? El expresó un gran orgullo al reconocer que solo compra marcas originales, y conservar las etiquetas en japonés de los productos que consume.
Natalia:
Él no corta en todos los sentidos la cadena de reproducción de prácticas normativas y naturalizadas.
Chispilla:
Tampoco es parte de un grupo (lolita in wonderland) en el cual su identidad tenga completa adhesión. Pero creo que nuestra experiencia con Namy debe enfocar la investigación hacia otro lugar.
Natalia:
Las capas y pliegues son una manera metafórica directa para exponer las paradojas que surgieron al preguntarnos cómo nos situamos frente a él: los vestidos (con sus capas, encajes, telas superpuestas) de los boy sweet lolita, son una metáfora de nuestras paradojas y a la vez un hecho, al ser el ‘armamento’ performativo frente al género heteronormativo. Estos pliegues también los vimos en el laptop de Shima con millares de carpetas personalizadas, donde nos expuso a nivel visual sus referentes representacionales.
Chispilla:
Los pliegues y los temas bajo las capas, ayudará a reflexionar cómo los dispositivos de visualización se presentaron para nosotras como múltiples pliegues que ofrecen matices contra los categóricos conceptos de, ‘subcultura’, ‘hegemonía’ y ‘performatividad’.
Natalia:
Claro, nos ayuda a matizar las clasificaciones. Los múltiples pliegues también surgieron en nosotras cuando comenzamos a reflexionar sobre nuestro posicionamiento personal, que supuestamente no debería estar presente en el escrito del análisis del caso de estudio. Si las imágenes no ‘hablan por si misma’, el estilo de un boy sweet lolita tampoco lo hace. Algo había en este encuentro que no podíamos asir…
Chispilla:
Teníamos que mirar de manera diferente a Shima, diferente a realizar una etnografía, o una historia de vida oral, necesitamos observarnos a nosotras mismas ante la irritación de ese monólogo expositivo. ¿Cuál era nuestro verdadero interés al estar con Shima? ¿Por qué nos interesa este tema, Natalia?
Natalia:
Es complicado poder dimensionar las prácticas de Shima, pues no podemos situarnos como la Halberstam en What´s that smell donde es considerada dentro de la subcultura queer. Nosotras no podemos hablar desde dentro del grupo.
Chispilla:
¿Cómo lograr el equilibro para no caer en una etnografía que solo describe y exhibe contradicciones dentro de la subcultura? Recuerdo la investigación de Amy C. Wilkins en su investigación Fom Geek to Freak. Ella parecía tener esa distancia del científico ecuánime y alejado del fenómeno, como si esto le diera un poder de conocimiento por encima de sus investigados: los góticos. ¿Cómo podemos posicionarnos?
buena reflexión! me preguntaba mientras leía esto qué hubiera hecho yo si hubiera tenido en mis manos este tipo de investigación. Es todo un dilema "posicionarse"... por eso a veces no busco hacer investiagaciones sobre personas en particular. En general, los dilemas del "lugar del investigador" en la etnografía han optado por permitir que la voz de los sujetos investigados participe del resultado de la investigación. Entonces se incluyen sus monólogos en los textos y les dejan usar las cámaras de video cuando se hacen videos. Me gustan las preguntas que se han hecho
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