El resultado material de ésta investigación es igual de híbrido que el recorrido trazado desde su inicial planteamiento. Tal recorrido fue más o menos trabajo de campo, más o menos etnográfico, más o menos teórico. Como trabajo en equipo, más o menos individual. Como estudiantes de máster, más o menos profesional. Todo entre comillas.
Queríamos estudiar alguna subcultura que interrogara las prácticas cotidianas heteronormativas. El marco teórico que teníamos presente nos incomodó, no cabíamos en el traje de Hall, Hebdige ni de Hablberstam, intentando ponernos un traje que ni siquiera ellos reclaman por poner, ya que sus estudios son explícitamente contextuales.
Luego de la última reunión con Shami, nos dimos cuenta que no encontrábamos la manera de asir metodológicamente y teóricamente nuestra experiencia. Esta limitación nos ayudó a emprender un camino de reflexión en cuanto a nuestras motivaciones, posicionamientos e intereses frente a nuestra experiencia de investigación.
Nuestra primera pregunta, luego de las reuniones con Shami, y antes de resolver el foco de estudio fue ¿cómo no imponer en el trabajo nuestra voz sobre la de Shami? Luego, consideramos que su voz y su desnaturalización de la performatividad del género debería quedar explicitada a modo de reflejo en nuestras impresiones, y que ese sería nuestro foco de estudio. La siguiente consideración fue ¿cómo no imponer la voz de una sobre la de la otra?
En el resultado material de este trabajo intentamos transmitir los efectos que tuvieron la voz y la performatividad del género de Shami EN nosotras, a modo de indagación. En la narrativa planeada quisimos elaborar una manera de indagación del proceso y el producto, para que se presenten ambas al receptor de manera simultánea. Cada una se posiciona de manera subjetiva con el proceso vivido en cuanto a la construcción del género, y por consiguiente la experiencia con Shami fue particular y no siempre consensuada.
El guión y el resultado total, cuenta la manera en que nosotras dialogamos para relatarnos nuestras propias experiencias, a manera de resonancias y ecos, en torno a los problemas del género. Recordando a Carola Conle Ahora, cada una escogió una metáfora, una figuración entre lo sonoror, textual y visual en relación a un suceso pasado, para explicar y justificar la motivación de este trabajo.
“Miradas cruzadas” en su totalidad, es una manera de relatar cómo en nuestros diálogos hay un empalme de situaciones:
la voz y la performatividad del género de Shami tuvo un efecto detonante en nuestras próximas conversaciones.
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